¡Siglo XXI, tiempo de grandes cambios en nuestro mundo globalizado! Avances tecnológicos, descubrimientos científicos, proyectos espaciales, desastres naturales, guerras, rencillas políticas, guerrillas, migraciones, economías en decadencia, manifestaciones de movimientos varios, protestas, etc., hechos que conllevan a cuestionarnos como docentes: ¿estamos realmente desarrollando en los individuos, las habilidades y competencias necesarias para insertarse en la sociedad actual?
Sin lugar a duda, muchos titubearemos en responder esta sencilla pregunta, porque realmente es una tarea muy dura a la que nos enfrentamos diariamente. Y es que, la tarea del docente no es fácil, es una profesión que no solo se basa en saber lo que enseño, sino en cómo lo enseño, a quién lo enseño, cómo lo aplico, y sobretodo darle un enfoque de sostenibilidad en el tiempo.
El siglo en que vivimos actualmente demanda individuos formados en competencias tecnológicas y científicas, inteligencia emocional, espíritu colaborativo, que sean capaces de resolver problemas reales. Es decir que, nuestro rol como docentes ya no es transmitir el conocimiento (porque los estudiantes lo pueden adquirir a través de otras fuentes), sino ser facilitadores para que ellos exploren sus potencialidades a través del metacognitivismo, que sean inquisitivos, exploradores, colaboradores, capaces de reconocer sus necesidades y establecer prioridades, ser consciente en lo que conlleva ser un nativo tecnológico y aprovecharlo positivamente, etc. Las prácticas que llevamos al aula deben estar orientadas al desarrollo de estas habilidades para entregar a la Patria, individuos que sin lugar a duda aportarán en el progreso del país y el mundo.